Sobre el precio del pan y su consumo y la necesidad de empezar a pensar en su sustitución, a propósito del alza en el precio del trigo, del petróleo, y el cambio climático, reflexiona Alejandro Mac Cawley en una columna publicada en La Segunda.
“Chile es tercero en consumo de pan del mundo, con entre 88 y 90 kilos per cápita, solo superados por Turquía y Alemania. El precio de este alimento registra, según Odepa, un alza nominal de 21,7% entre marzo de 2021 e igual mes de 2022. Solo en los últimos tres meses su precio ha aumentado un 12% y, si extraemos la inflación (7,2% en 2021), el aumento real ha sido de un 14,5% anual. Por ello, hay que considerar si es el momento de plantearse la sustitución del pan y productos relacionados con él, dada la magnitud de esta alza, y explorar otras alternativas en políticas públicas”, plantea Alejandro Mac Cawley, profesor de Clase Ejecutiva UC, en una columna publicada en La Segunda.
“¿Qué tiene que ver el pan con el petróleo? Hay un impacto por tres vías. Primero, aumenta el costo de los insumos asociados a la producción de trigo, ya que muchos de éstos utilizan petróleo, y también aumenta el costo de su transporte. Segundo, eleva el costo de los fletes (marítimos y terrestres) y por ende impone otra presión sobre el precio del trigo y los otros insumos asociados a la producción del pan. Tercero, sube el costo de la energía necesaria para producir el mismo pan, lo cual finalmente es transferido al valor que el consumidor debe pagar.
Para avanzar en soluciones hay que analizar los factores que producen el incremento, en especial el último tiempo. Es clave el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, que conjuntamente representan el 30% de las exportaciones de trigo en el mundo; la disrupción en los envíos tuvo un efecto en la cotización a nivel global. Este conflicto también ha impactado en el precio del petróleo, que se ha incrementado 62,3% en los últimos 12 meses. Rusia es el tercer mayor productor de crudo del mundo (superado solo por EE.UU. y Arabia Saudita), proveyendo del 14% de la producción mundial.
Una razón adicional para pensar en sustituir el pan de nuestra dieta es el cambio climático. Un estudio publicado en la revista Science Advances indica que, a menos que se realicen acciones concretas para mitigar el calentamiento global, este puede llevarnos a un aumento de las sequías en el 60% de las superficies en que actualmente se cultiva el trigo en el mundo. Como punto de comparación, las sequías observadas en 2019 afectaron a solo el 15% del área de producción de trigo. Aún si logramos el objetivo del acuerdo de París —estabilizar las temperaturas a 2º C por sobre los niveles preindustriales—, los eventos de sequía se podrían duplicar en los siguientes 20 a 50 años.
No estamos exentos de este fenómeno en Chile: cumplimos 13 años de déficit hídrico y 2021 ha sido el cuarto año más seco en la historia del país desde 1950, solo superado por las sequías de 1968, 1998 y 2019. Por lo que es probable que este 2022 tengamos algún efecto de la sequía en Chile sobre las cosechas de trigo.
Todos estos factores hacen cada vez más relevante la frase ‘no sólo de pan vive el hombre’ y que, por ende, debamos en el corto plazo sustituir este producto en nuestra dieta”.
El profesor Alejandro Mac Cawley dicta el curso sobre operaciones de centros de distribución y bodegaje de Clase Ejecutiva UC.